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¿Polémico? ¿Cansado? ¿Harto?

No es para bien de todos, sino para mal de algunos
La regla de oro de la vida pública continúa siendo que los gobernantes deben buscar el bien común de los gobernados. Esta regla rige desde los orígenes del pensamiento político. Cuando analizó las formas de gobierno, Aristóteles distinguió entre las formas "puras", aquellas en las que los gobernantes buscan el bien común de los gobernados, y las formas "impuras" o corruptas, aquellas en las que los gobernantes buscan su propio bien.

Al filósofo le importaba menos "cuántos" gobiernan, si es uno, pocos o la mayoría, que "cómo" lo hacen. Le importaba menos el elemento "cuantitativo" que el elemento "cualitativo" de las formas de gobierno. Cuando gobernaba uno en beneficio de todos, Aristóteles le daba a este régimen el nombre de "monarquía". Cuando eran pocos los que gobernaban pero también en busca del bien común, llamaba a este régimen "aristocracia". Cuando gobernaba la mayoría pero con la vista puesta en el bien común, este régimen recibía el nombre de "democracia".

Lo que le importaba más que nada a Aristóteles no era el número sino la intención de los gobernantes. Cuando ellos gobernaban en su propio beneficio y no en el de la comunidad, denominaba "tiranía" al gobierno de uno, "oligarquía" al gobierno de pocos y "demagogia" al gobierno de la mayoría. Así describía, con sus variaciones, el sombrío paisaje de la corrupción política.

La clasificación aristotélica de las formas de gobierno atravesó la historia milenaria de la filosofía y de la literatura. Véase sino las estrofas que escogió José Hernández para ponerle punto final al Martín Fierro : "Y si canto de este modo / Por encontrarlo oportuno, / No es para mal de ninguno / Sino para el bien de todos".

¿Contra quiénes?

Quizás Aristóteles vacilaría en dónde ubicar al gobierno de Kirchner dentro de la amplia gama de los regímenes impuros. Si privilegiara el hecho de que Kirchner concentra la totalidad del poder, le daría a su régimen el nombre de "tiranía". Si se fijara en que a Kirchner lo rodea un número relativamente pequeño de políticos, empresarios y sindicalistas que lo adulan a cambio de prebendas, lo pensaría como la vanguardia de una "oligarquía". Y si atendiera a la estructura clientelística de los apoyos que recibe entre los más necesitados, cuyo número va por otra parte en aumento, lo consideraría una encarnación de la "demagogia".

Es notable la actualidad de las páginas que Aristóteles dedica en La Política a la demagogia, que parecen una rigurosa descripción de lo que hoy llamamos "populismo". Pero si nos detuviéramos aquí, tendríamos que admitir que nada nuevo hay bajo el sol en la versión kirchnerista de los regímenes impuros. En tal caso ignoraríamos, sin embargo, la originalidad que ha traído consigo Kirchner cuando, aparte de gobernar para ély sus amigos mediante la engañosa adulación a los más necesitados, también gobierna contra aquellos a quienes considera sus enemigos.

La fórmula de los gobiernos impuros que describió Aristóteles no se limitaría entonces al favoritismo en beneficio del poderoso y de sus amigos (algo evidente en el proyecto actualmente en curso del blanqueo a los capitales mal habidos) extendiéndose a partir de ahí a la inquina contra una porción de los propios gobernados. Hasta la fórmula del Martín Fierro se alteraría de este modo porque, en vez de no buscar "el mal de ninguno" y de perseguir "el bien de todos", el kirchnerismo no sólo procura "el bien" de algunos sino también "el mal" de otros. ¿Se quiere una fórmula más alejada del venerable concepto del "bien común"?

Este sesgo belicoso del kirchnerismo se deja ver hasta en los anuncios de aparente intención administrativa. Esta semana la Presidenta volvió al atril para enumerar una serie de medidas destinada a combatir la crisis. Este nuevo paquete de medidas es por lo pronto "mediático", esto es, dirigido más a las apariencias de la propaganda que a la realidad de las cosas. Por ejemplo, ahora la Presidenta habló de 13.000 millones de pesos de ayuda, sin aclarar si deberían sumarse o restarse de esos otros 71.000 millones en obras públicas que había proclamado la semana anterior y de los ya legendarios miles de millones para hospitales que había anunciado en medio de la crisis del campo.

Del otro lado, aun así no estuvo ausente del nuevo paquete el sesgo anticampo que otra vez se dejó ver cuando la Presidenta informó esta semana que las retenciones a las exportaciones del maíz y del trigo retrocederían en la suma del 5 por ciento, ridícula en medio de la baja vertical del precio internacional de los alimentos. Pero aun de esta mínima rebaja, que De Angeli juzgó una "burla", se excluyeron totalmente las retenciones a la soja, ese "yuyo" que, como se sabe, fue considerado como el principal enemigo del Gobierno durante la crisis de cuatro meses que culminaría en el ya famoso desempate del vicepresidente Cobos. A esto habría que agregar que, aun con estas mínimas rebajas, Moreno y Echegaray siguen sentados sobre las exportaciones agropecuarias, bloqueándolas antes de que lleguen a puerto.

Pero la lista de los enemigos del Gobierno no se limita a la gente del campo. También integran su animosidad selectiva otros sectores como las empresas extranjeras que, una por una, han sido expulsadas del país a favor de las empresas amigas que van apoderándose de ellas. El último turno le toca ahora a la empresa eléctrica Edelap, ya que el Gobierno también "va por ella". Entre las víctimas del encono oficial figuran no solo las AFJP, sino también sus millones de afiliados, cuya propiedad ha sido avasallada con el apoyo de la restaurada mayoría oficialista del Congreso. La clave de la administración kirchnerista no consiste entonces sólo en favorecer a los amigos, sino también en dañar a los enemigos.

Argibay, a escena

No bien llegó al poder en 2003, Kirchner inyectó en el imaginario colectivo la demonización de otros de sus enemigos, las Fuerzas Armadas y las fuerzas policiales. Esta verdadera persecución de los que tienen por rol habitual el sostenimiento de la autoridad del Estado no ha venido sólo de la mano del kirchnerismo, sino también de lo que llamaríamos la "ideología" (y no el "principio") de los derechos humanos, que en vez de proteger a "todas" las víctimas de la delincuencia, pasadas y presentes, en los hechos ha venido a proteger a los delincuentes y a dejar en el desamparo a millones de ciudadanos.

Esta ideología, que desprotege a los que debiera proteger en favor de aquellos a quienes debería aplicar el rigor de la ley, se ha difundido entre nosotros como una suerte de tesis intelectualmente coercitiva sobre lo que es "políticamente correcto". Inclusive la ministra de la Suprema Corte Carmen Argibay, quien ha dado en otros temas un testimonio de independencia, acaba de justificar que a un grupo importante de menores peligrosos la Corte les haya negado la libertad para evitar que cayeran bajo las balas del "gatillo fácil". Lo notable es que, para respaldar una medida "de derecha" contra la impunidad de los menores peligrosos, la ministra haya acudido a un argumento "de izquierda" contra la policía. Hasta este punto ha llegado la difusión de una ideología que proviene de los Montoneros, ya que tanto las Fuerzas Armadas como la policía fueron, en los años 70, sus principales enemigos.

Es inevitable preguntarse a partir de aquí hasta qué punto los Montoneros, ahora desarmados pero bien ubicados lo alto de la estructura del poder, no siguen buscando a través del Estado lo que no consiguieron contra él en los años 70.

Por Mariano Grondona 


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sos un jóven argentino que un dia se cansó de ver pasar las cosas por TV y publicas notas de Mariano Grondona.
No entiendo que tipo de cambio positivo podes querer admirando a un camaleón como lo fue el señor Grondona. Tenes un odio tan tarrible que te nubla la visión. Kirchner algún dia se va a ir, quedán tres años de gobierno y es poco probable que ganen en el 2011.

Lo que vos no pensas, o quizás si, pero estas un poco limitado por tu odio, es que lo que se viene es mucho peor. A un gobierno peronista le podes reclamar distribuición de la riqueza, justicia social, etc. porque es básicamente lo que promete.
Pero con lo que se viene te la vas a tener que bancar calladito porque no te van a dar ni cinco de pelota. Aprovecha la libertad de internet para crear propuestas superadoras, no boludeces como putear en otros blogs a los "KK"(que infantil) y reproducir los textos de golpistas como Mariano Grondona que vienen haciendole daño al país desde hace décadas atrás.

Pensa, pensa y salis.

Paulo

evidalba dijo...

Paulo, me parece que el que demuestra odio, sos vos... simplemente comparto este texto, que desde ya me parece interesante, y lo expongo, ya que el Blog es "para pensar..."
Te aclaro también que este blog no lo hice "para que me den pelota" con lo que poco me importa que "dejen de darme pelota"
Espero que te mejores, superes el odio que tenés y seas capaz de ver como nos están metiendo el dedito ahi, donde por ahi te gusta.
Gracias por escribirme,
Saludos

Enrique

Anónimo dijo...

Estimado,

El odio te ciega a vos, pero sos viejo. Ya es tarde para que te avives. Que Mariano Grondona te siga metiendo el dedito ahi como lo viene haciendo con muchas generaciones de argentinos y te "ayude a pensar".

P.

evidalba dijo...

Jajaja me decis viejo por lo de la caida del pelo? es inevitable...
Opina lo que quieras de Grondona.. yo lo leo y me gusta...auqneu a veces me gustaría verlo un poco más punzante... como Mirta, que a vos tanto te debe gustar...