En todos los medios escritos, radio, televisión apareció la noticia: "Es oficial que Estados Unidos está en recesión". Salió antes respecto de otros países, pero nunca fue tan insistente esta atracción por la "oficialidad" de la noticia.
Subordinación y valor para servir a la información. Lo que es oficial o no lo es es una gran preocupación de nuestra cultura estatista. Es parte de las pequeñas grandes inducciones de un sistema de lavado de cerebros ¿Qué le agrega la oficialidad a una noticia conocida?
Un grupo de expertos habló. Y muchos otros expertos habían hablado antes. Ah, pero estos expertos son de una oficina pública. Si hoy saliera el servicio meteorológico a decir todo lo que llovió el fin de semana ¿se publicaría "es oficial: nos empapamos el domingo"? Más sensato sería destacar que el servicio meteorológico dio cifras sobre los milímetros que cayeron y no la oficialidad de ninguna cosa.
La Nación, sólo uno de tantos otros medios, se come el amague. Estados Unidos tiene una oficina que determina cuando empiezan y terminan los ciclos, que podría ser igual que una que nos dijera cuando empieza y cuando termina de llover. Y si la oficina en cuestión dice algo es algo oficial, por lo tanto es un poco mejor que lo no oficial.
¿Qué necesita una persona que estudia? Un título ¿Cualquier título? No, uno oficial. Una persona que estudia debería necesitar saber. Pero hay tanto hueso tirado en el suelo por el sistema estatal que la distracción es permanente.
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